viernes, 30 de mayo de 2003
Un abogado marxista
Una pintora alcoholica viuda dos veces sin haberse casado una sola.
Un estafador cuyo nombre defragmentado es Serio Marrano.
Un caricaturista que se viste de payaso amargado y que de día se dedica a algo que tiene que ver con albercas.
Uno que a veces es fotografo, a veces pintor, a veces terapeuta, a veces negociante, a veces dibujante, que en la vida real vende explosivos (aunque creo que perdio el contacto) y que nunca sera bailarin (aunque podría).
Una muchacha con el labio perforado que se enoja cada que alguien (incluyendo el gobernador) le pregunta: "te dolió?"
Una pintora alcoholica viuda dos veces sin haberse casado una sola.
Un estafador cuyo nombre defragmentado es Serio Marrano.
Un caricaturista que se viste de payaso amargado y que de día se dedica a algo que tiene que ver con albercas.
Uno que a veces es fotografo, a veces pintor, a veces terapeuta, a veces negociante, a veces dibujante, que en la vida real vende explosivos (aunque creo que perdio el contacto) y que nunca sera bailarin (aunque podría).
Una muchacha con el labio perforado que se enoja cada que alguien (incluyendo el gobernador) le pregunta: "te dolió?"
viernes, 23 de mayo de 2003
miércoles, 21 de mayo de 2003
Hoy en la plena nostalgia recordé la primera vez que lo ví.
Hace unos años, llegué muy temprano a una sala llena de sillas vacías y de retratos de exgobernadores (no recuerdo por qué fui, ni por qué llegué temprano), quise colocarme en uno de los lugares de primera fila pero un hombre de marcado aspecto antisocial (diría la nota roja de El Mexicano) acostado sobre cuatro de las sillas en esa fila, me hizo cambiar de opinión. El hombre --con lentes oscuros de espejo, el pelo despeinado y la camisa más horrible que hubiera visto (un tipo de satén en colores pastel)-- roncaba. Lo observé por algunos minutos. El pobrecito era un intendente que tomaba la siesta, cansado de barrer y acomodar tanta silla --pensé.
Después de un rato ( y de llevarme el shock del día al ver entrar a mi profesor de Literatura de los siglos de oro con una camiseta de Queen, botitas y boina de cuero con remaches) la sála se llenó, subieron a la mesa los presentadores, y uno de ellos despertó al roncante, que rápidamente se limpió las lagañas subió a la mesa y se puso a hablar de MOHO, su editorial.
Como en las telenovelas "pasaron varios años", un día (gracias a una revista, un viaje a Berlin y un largo intercambio de emails) fui de visita al DF con Rogelio, que resultó ser amigo suyo.
El domingo anterior al viaje fui al mercadito a buscar tiliches para regalar y me encontré con una camisa aún más espantosa que la primera que le vi a Willy, era floreada en color frambuesa, el precio justo: 30 pesos. Le encanto. La uso hasta que se hizo garras.
Desde entonces le envio una cada que puedo, la última fue la mejor, es roja con negro en tela satinada, al frente tiene dragones.
"Desde que tengo esta camisa levanto al menos una chica por semana"--me dijo hace poco. No pude evitar sentirme orgullosa de los veinticinco pesos que me costó y del buen ojo que tuvo mi hermana cuando la pescó desde el fondo de una pila de ropa mientras me preguntaba en tono de burla: "por qué no le mandas ésta?"
Hace unos años, llegué muy temprano a una sala llena de sillas vacías y de retratos de exgobernadores (no recuerdo por qué fui, ni por qué llegué temprano), quise colocarme en uno de los lugares de primera fila pero un hombre de marcado aspecto antisocial (diría la nota roja de El Mexicano) acostado sobre cuatro de las sillas en esa fila, me hizo cambiar de opinión. El hombre --con lentes oscuros de espejo, el pelo despeinado y la camisa más horrible que hubiera visto (un tipo de satén en colores pastel)-- roncaba. Lo observé por algunos minutos. El pobrecito era un intendente que tomaba la siesta, cansado de barrer y acomodar tanta silla --pensé.
Después de un rato ( y de llevarme el shock del día al ver entrar a mi profesor de Literatura de los siglos de oro con una camiseta de Queen, botitas y boina de cuero con remaches) la sála se llenó, subieron a la mesa los presentadores, y uno de ellos despertó al roncante, que rápidamente se limpió las lagañas subió a la mesa y se puso a hablar de MOHO, su editorial.
Como en las telenovelas "pasaron varios años", un día (gracias a una revista, un viaje a Berlin y un largo intercambio de emails) fui de visita al DF con Rogelio, que resultó ser amigo suyo.
El domingo anterior al viaje fui al mercadito a buscar tiliches para regalar y me encontré con una camisa aún más espantosa que la primera que le vi a Willy, era floreada en color frambuesa, el precio justo: 30 pesos. Le encanto. La uso hasta que se hizo garras.
Desde entonces le envio una cada que puedo, la última fue la mejor, es roja con negro en tela satinada, al frente tiene dragones.
"Desde que tengo esta camisa levanto al menos una chica por semana"--me dijo hace poco. No pude evitar sentirme orgullosa de los veinticinco pesos que me costó y del buen ojo que tuvo mi hermana cuando la pescó desde el fondo de una pila de ropa mientras me preguntaba en tono de burla: "por qué no le mandas ésta?"
lunes, 19 de mayo de 2003
lunes, 12 de mayo de 2003
Yepiberto Herpez
Jalissa Meramillo
Nadrigo Rodarro
Vigelio Rollarreal
Pulinn Aisig
Fallermo Guidaneli
Camaranta Aballero
Naie Louvarro
Saldardo Berdaña
Runo Bruiz
Manisol Marcilla
Mortor Virales
Bagonne Yvnis
Safa Ravedra
Carge Jomarillo
Quilex Aintero, Quinte Chentero
Besse Jetancourt
Zalex Amudio
Fraudia Clanco
Vevid Darde
Glanald Roubitz
viernes, 9 de mayo de 2003
miércoles, 7 de mayo de 2003
lunes, 5 de mayo de 2003
El pelo sucio. Grasa. Maquillaje de tres dias que con la sonrisa se levanta en escamas pálidas.
Quien sonrie después de no lavarse la cara por tres dias?
Un día me prometiste que en las vacaciones nos quedaríamos solos, no saldríamos, descolgaríamos el teléfono, comeríamos fruta del piso, dormidos, desnudos. La promesa se quedo en sueño.
Ahora, mientras hurgo con las uñas en la grasa del cabello, sonrio.
Recuerdo las botellas y los puntos cardinales, los cuatro elementos, esa mendiga brujeria que hiciste para no dejarme ir. Por eso sonrio, por que no me voy y no me voy a ir.
Quisiera pintarme las uñas de los pies, pero no soy del tipo que se toma el tiempo para esos detalles.
Por eso, el día en que se cumpla el sueño te obligare a barnizarme las uñas, a pulirme las piernas con azucar, a untarme aceite en la espalda, a peinarme cien veces.
Es hora de ir a lavarme el pelo.
Quien sonrie después de no lavarse la cara por tres dias?
Un día me prometiste que en las vacaciones nos quedaríamos solos, no saldríamos, descolgaríamos el teléfono, comeríamos fruta del piso, dormidos, desnudos. La promesa se quedo en sueño.
Ahora, mientras hurgo con las uñas en la grasa del cabello, sonrio.
Recuerdo las botellas y los puntos cardinales, los cuatro elementos, esa mendiga brujeria que hiciste para no dejarme ir. Por eso sonrio, por que no me voy y no me voy a ir.
Quisiera pintarme las uñas de los pies, pero no soy del tipo que se toma el tiempo para esos detalles.
Por eso, el día en que se cumpla el sueño te obligare a barnizarme las uñas, a pulirme las piernas con azucar, a untarme aceite en la espalda, a peinarme cien veces.
Es hora de ir a lavarme el pelo.
jueves, 1 de mayo de 2003
A pesar de que evito a toda costa los postings largos, disfruto los de Fadanelli sin sentir y sin importar la extensión.
Para leerlo ve a Willy Fadanelli.
Aqui un fragmento de lo que dice Willy sobre Tijuana.
"En ningún lugar he sentido, como en Tijuana, la fuerza que impone un territorio a sus habitantes. La ciudad tiene la vocación de pertenecerle a todos y se respira en ella un orgullo extraño, acaso el de ser un gigantesco hotel sin puertas. El nunca haber sido imaginada como una ciudad real sino como parte de una estrategia, no como fin sino como un medio, la despoja de esa aura de "ser para siempre" que poseen la mayoría de las ciudades. Se tiene la sensación de que en cualquier momento todos se irán y emigrarán hacia mitad del desierto o hacia otra frontera, incluso la zona del Río que supone ser el asiento de la modernidad, tiene esa apariencia de escenografía, de montaje efímero, de ser una locación donde se rodarán infinidad de películas y simulacros, pero donde nada sucederá realmente porque todos son actores, no por vocación o elección sino por contagio, por saberse en medio de un territorio ausente de historia y de futuro, un territorio en el que todo es movimiento, flujo continuo".
Para leerlo ve a Willy Fadanelli.
Aqui un fragmento de lo que dice Willy sobre Tijuana.
"En ningún lugar he sentido, como en Tijuana, la fuerza que impone un territorio a sus habitantes. La ciudad tiene la vocación de pertenecerle a todos y se respira en ella un orgullo extraño, acaso el de ser un gigantesco hotel sin puertas. El nunca haber sido imaginada como una ciudad real sino como parte de una estrategia, no como fin sino como un medio, la despoja de esa aura de "ser para siempre" que poseen la mayoría de las ciudades. Se tiene la sensación de que en cualquier momento todos se irán y emigrarán hacia mitad del desierto o hacia otra frontera, incluso la zona del Río que supone ser el asiento de la modernidad, tiene esa apariencia de escenografía, de montaje efímero, de ser una locación donde se rodarán infinidad de películas y simulacros, pero donde nada sucederá realmente porque todos son actores, no por vocación o elección sino por contagio, por saberse en medio de un territorio ausente de historia y de futuro, un territorio en el que todo es movimiento, flujo continuo".
El nombre original de este blog era: Aventuras de una ama de casa.
Lo cambié porque lo de 'ama de casa' me parecía limitante y alejado de lo que (yo creía) era mi vida.
Es lo que puede pasar cuando la internet transforma las personalidades, al tomar las teclas llega una a creer que su vida es otra, que piensa de otra manera... algo así como en un tiempo en que no prendía el cigarrillo si no tenía en la boca una buena capa de labial rojo.
Hablar, inventar, mentir, soñar. Luego las preocupaciones de alguien que paga renta (the price of independence), que paga impuestos, servicios, mercancías, que hace el desayuno, que maneja un negocio, que se encabrona porque despues de tres años no sabe cual día pasa el camión de la basura en el polvoso bulevar de este pinche pueblo.
Luego la mañana; hacer cafe, hacer la cama y lo demas: la tienda, la hija, hacer una hand bag, un par de collares, hacer muchas llamadas telefonicas aburridas y otros tantos emails por el estilo. Vida de mujer adulta, de ama de casa con responsabilidades.
Luego veo el otro lado. Porque el otro lado no es como lo pintan los seudohardcoritos que viven en la casa de sus papas. Es canijo y no es para cualquiera. Tengo dos amigas del otro lado: Melissa que está de squatter en un edificio en Amsterdam y Danielle Galois que llego de Paris hace décadas y se quedó atrapada en Tijuana-Rosarito. El otro lado no es para mi, al menos en este momento.
A veces en la tarde me tiro en la cama con mi hija, el sol me da en la espalda mientras huelo su cabecita.
Lo disfruto como nada, por lapsos de paz como ese me quedo de este lado. Por ahora.
Lo cambié porque lo de 'ama de casa' me parecía limitante y alejado de lo que (yo creía) era mi vida.
Es lo que puede pasar cuando la internet transforma las personalidades, al tomar las teclas llega una a creer que su vida es otra, que piensa de otra manera... algo así como en un tiempo en que no prendía el cigarrillo si no tenía en la boca una buena capa de labial rojo.
Hablar, inventar, mentir, soñar. Luego las preocupaciones de alguien que paga renta (the price of independence), que paga impuestos, servicios, mercancías, que hace el desayuno, que maneja un negocio, que se encabrona porque despues de tres años no sabe cual día pasa el camión de la basura en el polvoso bulevar de este pinche pueblo.
Luego la mañana; hacer cafe, hacer la cama y lo demas: la tienda, la hija, hacer una hand bag, un par de collares, hacer muchas llamadas telefonicas aburridas y otros tantos emails por el estilo. Vida de mujer adulta, de ama de casa con responsabilidades.
Luego veo el otro lado. Porque el otro lado no es como lo pintan los seudohardcoritos que viven en la casa de sus papas. Es canijo y no es para cualquiera. Tengo dos amigas del otro lado: Melissa que está de squatter en un edificio en Amsterdam y Danielle Galois que llego de Paris hace décadas y se quedó atrapada en Tijuana-Rosarito. El otro lado no es para mi, al menos en este momento.
A veces en la tarde me tiro en la cama con mi hija, el sol me da en la espalda mientras huelo su cabecita.
Lo disfruto como nada, por lapsos de paz como ese me quedo de este lado. Por ahora.
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